Carambola Design: la historia de dos ticas emprendedoras al otro lado del charco


Imagen cortesía de Yuls y Dani de Carambola Design.
Yulissa Walters y Daniela Castro son diseñadoras de producto, visionarias y emprendedoras.
Ambas costarricenses, viven en diferentes ciudades de Europa y tienen más de nueve años de experiencia trabajando en la industria de la tecnología.
“Nos conocimos en el 2014, mientras trabajábamos en un Startup en Costa Rica y desde ese entonces siempre supimos que queríamos emprender juntas”, cuentan ellas. Además, ambas habían sido estudiantes de intercambio en el pasado.


En el año 2019, finalmente se decidieron a lanzar un proyecto en conjunto: Carambola Design, con el propósito de colaborar con startups ticas y otros emprendimientos, para ayudarles a entender y potenciar su propuesta de valor en el mercado, por medio del diseño de servicios y experiencia de usuario, especialmente cuando están apenas empezando su camino.
Pero que sean ellas mismas quienes nos cuenten lo que hacen y cómo han sacado adelante su propia marca, desde el otro lado del charco, en Austria y Alemania:
De hecho, vivir y emprender fuera de Costa Rica las ha hecho amigarse con alguien a quien casi siempre le huimos: la soledad. Lo que es un ejemplo más de que les encanta pensar fuera de la caja y son realmente auténticas e innovadoras.
Así lo contaron a través de la plataforma Humanos de Costa Rica recientemente.
“Nosotras nos movimos de Costa Rica años atrás, en momentos y a países diferentes, pero cuando intercambiamos experiencias llegamos a la misma conclusión: La soledad nos ha ayudado crecer, a identificar mejor nuestras fortalezas, a darnos el espacio que necesitábamos para reflexionar y para demostrarnos que creyendo en nuestros talentos podemos alcanzar nuestras metas. Ahora somos más fuertes. La soledad nos ha permitido entender mucho mejor el valor de la familia, los amigos, y lo privilegiadas que somos de haber crecido en Costa Rica. Nos ayudó también a nutrirnos de otras culturas, otros pensamientos, visiones y a ser más tolerantes”.
E insisten, “la soledad no es mala y no debe asociarse solo a momentos de tristeza. La soledad nos ayuda a activar nuestra mente, a ser más creativos y a estar presentes en el hoy y el ahora. Aprender a valorarla es difícil, pero una vez que se entiende en esencia, podemos utilizarla a nuestro beneficio para seguir creciendo personal y profesionalmente. Y lo más impresionante del caso es que al compartir sus enseñanzas con otros, nos damos cuenta que no estamos solas en esto, no somos las únicas”.